Puebla es uno de los equipos del fútbol mexicano que más sufre a la hora de armar su plantilla. Al tener un presupuesto limitado, muchas veces ha recurrido a la adquisición de elementos jóvenes que apenas están iniciando su camino profesional. Cuando un equipo apuesta por ello, requiere de un ojo clínico capaz de reconocer talento con el fin de integrarlo al club sin verse afectado económicamente por una mala decisión.

En contraste con dicho requerimiento, la extensa rotación que el plantel sufre torneo tras torneo, parece indicar que las decisiones no han sido precisamente las idóneas y, por ende, Puebla tiene rato sin mostrarse como uno de los conjuntos más competitivos de México. El equipo, aunque tiende a contar con un once base de nivel “suficiente”, generalmente carece de las variantes necesarias como para poder cambiar el rumbo de un partido en el momento en el que se necesita.  Es decir, adolece de falta de sustitutos.

En menos de 25', Tamay evidenció a la defensa de Pumas.

Tomando en cuenta lo anterior, lo mostrado por los Camoteros en la Jornada 1, en la cancha de Ciudad Universitaria, fue algo atípico. Ya que después de verse ampliamente superados por Pumas en la primera mitad y con dos goles a cuestas, para el segundo tiempo la escuadra dirigida por Rubén Omar Romano no solo mejoró, sino que lo hizo impulsada por sus tres jugadores salidos del banquillo. De entre ellos, sobresaliendo uno en particular: Alfonso Tamay.

El que para la mayoría de los aficionados poblanos era un desconocido hasta antes del juego, terminó por ser el más alabado al concluir el mismo. Luego de su entrada, el equipo comenzó a generar llegadas y, aunque su injerencia no se vio reflejada en anotaciones, dejó un gratísimo sabor de boca en la afición. En especial, al evidenciar a la zaga universitaria gracias a su velocidad y habilidad y casi redondeando su actuación al estar a punto de anotar en un remate que terminó estrellándose en el poste.  

Alfonso Arístides Tamay Sánchez es un jugador nacido en Benito Juárez, Quintana Roo, el 13 de mayo de 1993 y proviene de la cantera de Tigres de la UANL –equipo al cual pertenecen sus derechos–. Con los felinos fue campeón goleador del Torneo Clausura 2011 en la categoría Sub-17 –lo cual le valió ser convocado a la selección nacional Sub-18 para una competición en Barcelona–  y se mantuvo en el club hasta el Clausura 2013. Para el Apertura 2013, fue cedido a Correcaminos de la UAT, del Ascenso MX, en donde tuvo una discreta participación la cual evitó que fuera tomado en cuenta para continuar en el club.

Para su fortuna, Puebla buscó sus servicios para este nuevo torneo y la Jornada 1 del Clausura 2014 le ha valido para debutar en la Liga MX con los Camoteros. Ahora, ya con las puertas del profesionalismo, en su máxima categoría, abiertas para el caribeño y, al menos por lo manifestado en sus primeros minutos como jugador de Primera División, el dorsal 67 puede mostrar que tiene cualidades para ser un jugador importante.

Y es que, aunque es evidente que no basta con medio tiempo para poder dar un veredicto de lo que será el futuro de este joven, las comparaciones no se han hecho esperar e incluso ya hubo aventurados que se atrevieron a recordar al histórico Paul Moreno al verlo desbordar por izquierda.

La situación por el momento dista de acercarse a la realidad. No obstante, todo gran jugador tuvo que pasar por un proceso y, al menos ahora, con muchísimo camino por delante para demostrar de qué está hecho, su primera prueba en Primera División fue más que satisfactoria.

Puebla tendrá que mejorar mucho si es que quiere llegar lejos en el torneo. Aun así, este partido ante Pumas será doblemente recordado. En primera, por el antológico empate anotando dos goles en los últimos cuatro minutos y, en segunda, por el diamante en bruto que, por fin, después de varios intentos, parece haber sido encontrado por el conjunto camotero.