Pocos jugadores han sido tan queridos por la afición americanista como Enrique Borja. Sus 103 goles y su enorme entrega en el terreno de juego le permitieron ganarse el cariño de la gente. Sin embargo su llegada al club no fue sencilla. Borja se convirtió en uno de los primeros jugadores en desafiar a los autoritarios directivos y puso en jaque futbolístico al país, a tan solo un año del Mundial México 70.

Tengo confianza en que la directiva reaccionará…Veinte goles no son pocos y cuesta trabajo hacerlo… por lo que deberán estimularnos, de otra forma el equipo se puede derrumbar”, expresó Enrique Borja el 26 de frebrero del 69, quien amenazó junto con otros jugadores, una desbandada si la directiva felina no aumenta los sueldos.

Dado lo anterior, el 3 de marzo el licenciado Arturo Chávez y el ingeniero Alfredo Álvarez, directivos del Club Universidad, anunciaron una reconsideración en la postura institucional a fin de aumentar los sueldos de los jugadores. Por su parte Borja estimó en un ochenta por ciento sus posibilidades de quedarse.

Para el 17 de marzo, tres jugadores universitarios se acercaron a la prensa después del entrenamiento: Aarón Padilla, José Luis González y Enrique Borja. Ninguno de ellos había definido su renovación de contrato. La gira europea de la Selección Mexicana se acercaba y su deseo era llegar a un acuerdo antes de partir.

Ya el 22 de marzo Enrique estaba próximo a unirse a la Selección Nacional y manifestó a la prensa su deseo de renovar contrato. La reunión estaba programada para la mañana del día siguiente antes de partir. Borja pidió cobrar 12 meses en vez de los 10 que le pagaban. Al cuestionársele sobre su traspaso al América, afirmó que la operación se había caído, pues los empresarios no querían pagarle el dinero correspondiente a su ficha.

Borja jugó un partido excepcional el 23 de marzo, anotó 3 goles en la victoria de la selección al Irapuato, con motivo de la inauguración del nuevo estadio de los 'freseros'. En ese partido recibió un homenaje Guillermo Cañedo, quien saludó afectuosamente a Borja.

El 27 de marzo, Guillermo Cañedo anunció que había alcanzado un acuerdo con el Club Universidad para el traspaso del jugador. La prensa estimaba la transacción en 750 mil pesos, una cifra estratosférica para la época.

No obstante, el 28 de marzo Enrique Borja negó tener arreglo alguno con los 'cremas' y advirtió que pelearía por el dinero correspondiente a su ficha, de manera que se programó una reunión para inicios del próximo mes entre Guillermo Cañedo y él.

El 1 de abril Enrique Borja partió con la selección hacia Europa sin contestar a la oferta de Cañedo, y en cambio, se filtró en la prensa el enojo del jugador con ambos clubes por no demandar su autorización en las negociaciones. El suspenso continuaba y Borja no volvería hasta mediados de mayo.

En los meses de abril y mayo el futbol mexicano, próximo a recibir la Copa del Mundo de 1970, sufrió cuatro dolorosas derrotas en su gira europea. Al regreso de la gira Ignacio Trelles dejó su puesto y las críticas hacia los jugadores no se hicieron esperar, siendo Borja uno de los más cuestionados, a quien se le acusaba de estar más atento en las cuestiones contractuales que en la cancha.

El Club América emitió el 15 de mayo una postura oficial sobre el caso, anunciando que había comprado los derechos del jugador, y que en caso de no querer presentarse éste, no tenía ningún problema en vender dichos derechos a otro club.

Borja guardó silencio sobre su contratación hasta el 22 de mayo, mientras anotaba dos goles en la victoria de la Selección Mexicana contra la escuadra peruana.

El campeonato de Liga 1969-1970 comenzaría el 7 de junio sin Borja. El jugador no jugó ni con UNAM ni con América y a un año de la Copa del Mundo, el goleador de la selección nacional veía peligrar su carrera.

El 15 de junio, Enrique Borja no viajó con los Universitarios a Torreón, al tiempo que la directiva auriazul manifestaba que ya no tenía interés por seguir contando con el jugador, al que ya habían vendido.

Guillermo Cañedo anunció el 27 de junio una reunión ese mismo día con Enrique Borja, a fin de arreglar su situación. El jugador por su parte estaba dispuesto a no jugar en tanto no se le pagara lo correspondiente a su ficha.

Un día después de dicho encuentro, la prensa filtró un posible acuerdo entre Cañedo y Borja, aunque ningún contrato había sido firmado en la reunión.

¡La novela llegó a su fin el 30 de junio! Enrique Borja estampó su firma en el contrato y se convirtió en nuevo jugador del América. Tras más de 3 meses de discusiones, el ex universitario pasó a formar parte de los 'Cremas'.

Pero no todo acabó ahí, ya que el 3 de julio se anunció que la supuesta firma publicada por la prensa en días anteriores carecía de oficialidad y la presentación del jugador se retrasó, pues existían diferencias en la duración del contrato.

Finalmente, el 4 de julio a las 11:00 am Enrique Borja fue presentado ante sus nuevos compañeros y su técnico Walter Ormeño. El delantero mexicano se enfundó por primera vez la playera azulcrema para comenzar un idilio con la afición. Su debut se daría en el Clásico Nacional 9 días después.

Aunque las versiones son extraoficiales, se estima que Borja obtuvo un sueldo de 20 000 pesos,  lo que significó un incremento cercano al 15% del que recibía con Pumas. Además recibió 250 000 pesos correspondientes al traspaso, poco más del 35% de valor total del mismo. Borja logró también recuperar el 75% de los salarios caídos durante el tiempo que duró el conflicto. Todo esto lo convirtió en el jugador mexicano más caro de aquella época.

Tras el conflicto, algunos consideraron a Borja como "pesetero". Otros en cambio valoraron su actitud desafiante ante directivos acostumbrados a pasar por encima del jugador mexicano. La afición y directiva universitaria nunca perdonaron el gesto, adjudicándole al América el mote de "millonetas". Los americanistas por su parte, se encariñaron rápidamente con el flaco delantero, a quien durante muchos años mantuvieron como el estandarte de un equipo dispuesto a conquistarlo todo.