La centenaria historia del América no podría escribirse sin dedicar un capítulo a las remontadas heroicas. Ahí aparecen las manos de González Palmer en la final de Copa, la voltereta ante Tampico Madero o el cabezazo de Moisés. También, junto a esos momentos de delirio, está el derechazo de Adrián Camacho que se escurrió de las manos de Adolfo Ríos para que América, hace exactamente 28 años, fuera campeón de la temporada 1987-1988.

Aquella final fue sin duda una de las más emocionantes en la década de los 80. Todo comenzó el 30 de junio de 1988, cuando los Pumas recibieron en Ciudad Universitaria al América. Los felinos atacaron desde el principio, y a punto estuvieron de anotar con un tiro que dejó escapar Adrián Chávez. La fortuna estuvo del lado americanista, y la pelota terminó en el poste. Poco después, un penal cobrado por Luis Flores permitió a los universitarios adelantarse en el marcador. En el 2º tiempo una memorable actuación del arquero americanista evitó que la diferencia fuera mayor, dejando el resultado 1-0.

En el partido de vuelta jugado el 3 de Julio de 1988 ante ciento diez mil aficionados en el Estadio Azteca, las Águilas estaban obligadas a vencer para obtener un nuevo título. Muy pronto América se puso al frente. Al minuto 20 un tiro de larga distancia de Gonzalo Farfán venció la estirada del joven Adolfo Ríos para decretar el empate en el marcador global.

Parecía que la misión sería sencilla para las Águilas, pero el partido se pondría cuesta arriba cuando al minuto 35, Luis Flores remató de volea en el área chica para empatar el partido. En aquel entonces, prevalecía el gol de visitante como criterio para definir al ganador, por lo cual los Pumas obligaban al América a marcar dos anotaciones más. Las tropas de Jorge Vieira no pudieron crear peligro en el resto del 1º tiempo, ante el nerviosismo de su fanaticada que veía cómo los universitarios tomaban venganza de otra final recientemente jugada entre ambas escuadras, la de la temporada 1984-1985.

Nada más empezar el 2º tiempo, Antonio Carlos Santos cobró un tiro libre hacia el área de los felinos. Tras un mal rechace de la defensa, Farfán quedó de espaldas a la portería, por lo que tuvo que girar su cuerpo mientras la pelota caía, rematando de manera débil pero colocada el balón. Ésta entró pegada al poste izquierdo de Adolfo Ríos, igualándose el marcador global. Las Águilas estaban a una anotación de remontar.

No hubo tiempo para que la afición celebrara. Un minuto después, Adrián Camacho probó fortuna de larga distancia. Su disparo no parecía llevar mucha potencia, pero tomó mal parado al cancerbero de los Pumas, que apenas alcanzó a raspar el tiro. El balón entró nuevamente pegado al poste, en una jugada calcada a la que 3 días antes había hecho temblar la portería de Adrián Chávez. El destino se pintaba de azulcrema y la remontada se consumaba en apenas 6 minutos.

Los Pumas se fueron cual felinos al ataque, sabiendo que un gol les hacía ganadores. América, por su parte, buscaba aprovechar los espacios con la velocidad de Efraín Munguía, recién entrado en el 2º tiempo. En el minuto 20 fue precisamente “El Fanny” quien realizó un desborde por la punta de la izquierda, provocando la imprudente entrada de Miguel España en el área universitaria. El árbitro Fermín Ramírez señaló penal, mismo que cobró con tranquilidad Antonio Carlos Santos para poner el definitivo 4-2. Los americanistas conquistaban otro título en una gloriosa década, y dejaban una vez más a los universitarios tendidos en el terreno de juego.