Los partidos de pretemporada usualmente son desangelados, más si se juegan por algún trofeo cocinado al vapor (puede ser un nombre rimbombante como Trofeo Hermandad Latina o algo más prosaico como la Copa Súper Pollo), e incluso más si se juegan en alguna cancha estadounidense. Para nuestros paisanos radicados allá, esto constituye un premio de consolación que cada verano la Liga MX les da, y aunque son juegos por lo general carentes de emoción, ¿a quién le dan pan que llore?

Esta tarde tocó el turno a la Supercopa MX, la última en realizarse hasta nuevo aviso, motivación suficiente para que Necaxa y Cruz Azul tuvieran las ganas de llevarse el trofeo, por lo menos para las estadísticas. Los 'Cementeros', finalmente, tuvieron más ganas y fueron los que se llevaron el trofeo a casa, en detrimento de los siempre pocos, pero fieles, necaxistas a los que la suerte los tocó con llevarles a su equipo hasta Estados Unidos.

El estadio (el Dignity Health Sports Park, antes llamado StubHub Center, antes llamado The Home Deport Center, casa del L.A. Galaxy y Los Angeles Chargers) fue arrendado para una doble cartelera: en primer lugar, Cruz Azul contra Necaxa por la anteriormente mencionada SuperCopa, y como plato fuerte, América enfrentándose a Tigres para definir al Campeón de Campeones, por lo tanto, en las tribunas habían aficionados americanistas, cruzazulinos y felinos por igual; si bien esta situación no es nueva para los Rayos, es decir, tener siempre la menor afición en las gradas, sí que lo fue el hecho de estar en desventaja por tres a uno, a pesar de contar con algún apoyo por parte de la parcialidad americanista, más por la rivalidad con Cruz Azul que por fraternidad con Necaxa, hay que reconocerlo.

Al comenzar el segundo tiempo, el estadio ya estaba lleno de camisetas amarillas esperando que terminara el baile de inauguración que Cruz Azul le puso a Necaxa, un trago amargo para los rojiblancos que hicieron el viaje hasta Carson con la esperanza de ver bicampeón a su equipo, aunque fuera de un trofeo como la SuperCopa, que sirve solamente para hacer bulto en las vitrinas de la Casa Club.

Solamente cuatro acciones concretas le bastaron al Cruz Azul para sellar la victoria ante un Necaxa que, aunque corrió la milla, careció de contundencia y orden, pues parecía un equipo escolar que juega a todos corriendo atrás del balón, sin importar el resultado final, cosa que fue más que clara.

Felicidad azul contra desencanto rojo y blanco, los seguidores del cuadro celeste gritaron cada gol con una alegría reforzada por el hecho de que ellos ven a su equipo solamente una vez al año y porque con esos goles se ganó un título oficial: cabe recordar que para ellos (así como para nosotros), ganar un título tiene un significado especial, no importa de qué clase o tipo sea éste, no quedar subcampeón es oxígeno puro para el fan del cuadro de La Noria.

Para el aficionado necaxista que se dio cita en el estadio, lo más especial fue, sin duda, ver al Necaxa en Estados Unidos. Con independencia del resultado, el hecho de que los Rayos visiten canchas gringas es lo suficientemente significativo para que haya valido la pena, pues los 'Electricistas' no acostumbran hacer pretemporada fuera de México: en realidad, no suelen hacerla fuera de sus instalaciones en Aguascalientes.

Es cierto, a nadie le gusta que su equipo sea vapuleado de la manera en que Cruz Azul acabó con Necaxa, pero también es una gran verdad que este es un cuadro prácticamente nuevo (¿qué equipo que juega por primera vez como tal le planta cara y le hace un juegazo a la continuidad del proyecto de su rival en turno, y en pretemporada?), y el partido de esta tarde fue una buena muestra de la efectividad del mismo de cara a la primera fecha del Apertura 2019, en donde volverán a enfrentar a los celestes, una buena oportunidad de revancha para Guillermo Vázquez que podrá contar con la camada de refuerzos que no pudieron jugar en esta ocasión.

Fue más que evidente que en Necaxa tienen que hacer los deberes, pero tampoco podemos satanizar el desempeño de los jugadores, simplemente jugaron como Dios les dio a entender y tal situación pasó factura; además, es claro que los refuerzos serán parte importante del esquema táctico para el torneo que comienza, por lo que será poco probable que se vuelva a ver este once inicial en algún momento de la temporada regular (y aún menos si Necaxa llegara a calificar a Liguilla).

Para el aficionado necaxista, ya en México, esto fue un motivo más para pedir la salida de Memo Vázquez, de Hernández Lash, de los Tinajero y de la plantilla en pleno, pero, siendo francos, Necaxa entró al campo como víctima, y salió de ella, efectivamente, victimado. No se esperaba mucho para hoy y no decepcionaron, por lo menos los hidrocálidos tendrán la chance de cobrar la humillación (porque, a pesar de todo, fue una humillación categórica) en su casa y con su gente la próxima semana. A ver cómo les va.