Con empate a uno, Altamira e Irapuato dijeron adiós al torneo

Altamira e Irapuato cerraron el telón del Clausura 2015 en el estado de Tamaulipas con un empate a uno, que dejo insatisfecho a más de uno y que no sirve de nada, ni para agregarle dignidad al cierre de temporada de dos equipos que jugaron este encuentro por mero compromiso.

Con empate a uno, Altamira e Irapuato dijeron adiós al torneo
(Foto: Club Irapuato)
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Por Ezequiel Gasca

El final de la temporada en el Ascenso MX llegó y, Altamira e Irapuato son dos de los equipos que quedaron sin invitación a la Fiesta Grande, que en próximas días comenzará.

Ambos conjuntos llegaban a este compromiso ya eliminados, sin cualquier aspiración siquiera a esperar a un milagro y con la dignidad y orgullo por los suelos, que eran los únicos dos factores que se ponían en juego.

El desánimo fue notable desde el inicio del encuentro y quedaba demostrado desde antes, cuando se dieron a conocer las alineaciones. El trámite del juego era algo lento, sin algún tinte de peligro y devastador para los menos de 700 asistentes al Estadio de Altamira.

Un disparo a quemarropa fue la acción que prendió ligeramente a los aficionados y que obligó a Armando Navarrete a hacer un esfuerzo fuera de lo normal para impedir que terminara en gol, pasada la media hora de juego.

Entre azul y buenas noches el medio tiempo se llegaba y daba paso al complemento, que sería iniciado con una mejor cara de los locales, que alcanzaron a generar peligro, sobre todo con un disparo que terminó estrellándose en el travesaño del arco fresero.

La ‘Flota Estudiantil’ comenzó a mostrar hambre y vergüenza futbolística, tras un desastroso torneo y empezó a darlo a notar conforme pasaba el tiempo. Fue precisamente eso, el tiempo, que le pudo dar a los de casa una clara oportunidad al minuto 62’, que no desaprovechó Ezequiel Orozco para convertirla en anotación, con un disparo de derecha, en una bella jugada.

Tras la anotación, la ‘Trinca’ hizo lo propio y pudo emparejar rápidamente el marcador. Apenas siete minutos después de la anotación de Orozco, Marco Tovar se levantó entre toda la zaga tamaulipeca y con un remate seco, otorgaba el empate a su escuadra.

El árbitro pitó el final, pasados los noventa minutos y este par de clubes terminaron por autodenominarse como los muertos de esta campaña, no solo por no quedar con vida al no colarse a la Liguilla, sino porque también tuvieron una constante de irregularidad a lo largo de las trece jornadas disputadas. Altamira cerró su participación con catorce puntos, mientras que Irapuato con dieciséis.