Ha pasado ya más de un año desde que los aficionados necaxistas vieron partir a uno de sus hombres más importantes, como lo era Marcelo Barovero -multicampeón en Argentina y campeón de Copa con Necaxa-, para dar cabida a Hugo González, un arquero sumamente criticado en aquel entonces por no haberse consolidado en Monterrey y por su origen americanista.

No era fácil llenar el lugar del argentino, quien jugó todos los partidos desde su llegada y logró durante algunos torneos, mantener su marco entre los menos goleados, fue proveedor de calma y experiencia cuando los Rayos más lo necesitaron, luchando por la permanencia en su primer torneo de vuelta a Primera División y la posterior consolidación en el máximo circuito.

Pero Hugo, así como muchos otros que han llegado a Necaxa y a Aguascalientes, encontró en este club y en esta tranquila ciudad del centro de la República, un lugar para convertirse en referente dentro de la cancha y así ganarse el corazón de la afición.

Hoy en día, Necaxa puede presumir de goleadores como Maximiliano Salas, Mauro Quiroga y, un poco más atrás, Brian Fernández, pero no se debe perder de vista que antes de eso, se caracterizaba por ser muy sólido en la defensa y en el marco, en gran parte a que el guardameta escaló en su nivel hasta volver a ser considerado en las recientes convocatorias de Selección Nacional.

Pese a estos méritos, todavía hay quienes se empeñan en restar valor a lo hecho por el portero de 29 años, pero este sábado disputará su juego 41 en Liga MX con los rojiblancos, contra el club al que aún pertenece su carta y frente al arquero de quien él llenó los zapatos.