Los Rayos del Necaxa volvieron a ganar en casa, ahora ante Lobos BUAP, en un juego ríspido, cerrado y con un gol agónico de último minuto de Dieter Villalpando. Los hidrocálidos lograron ganar pese a jugar con un hombre menos toda la parte complementaria.

Inicio flojo

Desde que comenzó el juego fue claro que ninguno de los dos equipos iba a regalar algo. Con parados defensivos, anteponiendo el orden y control de balón sin arriesgar al frente. Se jugaba mucho. Parecía que volvían los tiempos de Ambriz, aunado con la poca ambición del rival. El primer tiempo pasó inadvertido para el ojo del espectador.

Desventaja numérica

Precisamente hasta el minuto 39 llegó la jugada más relevante del primer tiempo, cuando Luis Felipe Gallegos cometió una imprudencia y se hizo expulsar, para dejar con un hombre menos a Necaxa, quienes tuvieron que cambiar su planteamiento de cara al segundo tiempo. Pese a la desventaja, los Rayos lograron jugar mejor en la parte complementaria.

Rival débil

Si bien, por lo mostrado en la cancha, un empate hubiera sido lo más justo. Lobos BUAP, pese a ser visitante y en el papel ser el no favorito, se vio favorecido al jugar más de 50 minutos con un hombre más, por lo cual la obligación de ganar, o al menos, ir a buscar y proponer el partido estaba presupuestado. Pero los dirigidos por Palencia se mantuvieron precavidos y con poca ambición.

Dávila y 10 más

En esta sección siempre se ha destacado las actuaciones del delantero chileno, pero no es para menos, ya que el camiseta 26 de los rojiblancos fue de lo mejor del equipo. Tras la salida de Brian Fernández, quedó solo al frente y no le importó para crear espacios y jugadas de peligro. Incluso, fue el creador de la jugada del gol de la diferencia.

Gol sobre la hora

Cuando parecía que el juego terminaría empatado a cero goles, apareció la genialidad y viveza del ariete andino, Dávila, quien recibió una falta en un contragolpe en mediocampo, y él mismo cobró de inmediato para habilitar a Dieter, quien encaró y superó su marca para luego vencer al portero con un potente tiro raso.