La vida da muchas vueltas, eso lo sabe bien Rubens Sambueza. Hace casi 4 años, el 14 de abril de 2014, él y sus Tecos sellaban su pasaporte a la división de ascenso, tras el triunfo de Atlas ante Monterrey en el Jalisco. El sábado, ante Tigres, el volante argentino cumplirá 150 partidos oficiales con las Águilas del América.

El cambio fue radical. Dejó a un tecolote moribundo. Un equipo con un estadio pequeño y escasa afición, para emprender el vuelo con un plumaje glorioso, un estadio monumental y los ojos de todo un país viéndolo cada fin de semana. Por supuesto que tal metamorfosis no estuvo exenta de críticas y augurios de fracaso.

Echando la mirada atrás, la decisión no pudo haber sido mejor. Rubens Sambueza ha ganado dos títulos de liga con América y una Liga de Campeones de Concacaf. Ha sido titular en 127 partidos, ha marcado 22 goles y actualmente porta el brazalete de capitán.

Su estancia en Coapa ha dejado en la retina de los aficionados momentos inolvidables. Fue el comandante del equipo en la goleada de 4-0 a las Chivas en el Omnilife, puso la pelota en la cabeza de Pablo Aguilar para alcanzar un nuevo título de liga y desquició a todo Montreal para volver a reinar en Concacaf.

A pesar de los buenos momentos, no todo ha sido felicidad en Coapa. Su llegada fue repudiada casi de manera unánime por prensa y afición. Sus constantes reclamaciones a los árbitros le han provocado expulsiones. Además, fue duramente criticado al no poder vencer a León en el Apertura 2013.

Tras haber renovado hace 6 meses con América, no sin antes pasar por arduas negociaciones, Rubens encara su etapa de mayor madurez. Ha sido nombrado capitán de un equipo que busca por obligación el campeonato, al tiempo que se renueva constantemente.

Rubens Sambueza se ha ganado el respeto y el cariño de todos en el club, pero también ha puesto sobre él las miradas de una afición esperanzada en ganar una y otra vez. Se ha vuelto un referente, y por lo tanto, un responsable de lo que sucede con el equipo más ganador de México. Un ave fénix que quiere volar para ser leyenda.