El Estadio Andrés Quintana Roo fue testigo de un partido agridulce para la afición azulgrana, que en lo que respecta al trámite del mismo, quedó inconforme con lo mostrado; no así con el resultado, que le hizo festejar su primera victoria del torneo a ellos y al Atlante.

La víctima fue el conjunto de FC Juárez, que no puede hacerle honor a su seudónimo y que de bravo no tiene nada, más que los golpes que otorgó a lo largo del enfrentamiento.

Fue un primer tiempo bastante flojito, sin aproximaciones de ningún lado y provocador de constantes disgustos y molestias por parte de los directores técnicos, que se sentían impotentes, y también del público, que generaba frecuentemente silbatinas.

El segundo lapso fue el que terminó por ser un poco más atractivo, a comparación del primero, para la pupila de todos los presentes, pues ambos conjuntos se enfrascaron por algunos minutos en un duelo de ida y vuelta que hizo vibrar ambas porterías. Primero, Carrijo estrelló un remate en el trevesaño y después, Hachen respondió con un disparo peligroso.

Estas acciones eran síntoma de que una anotación se aproximaba y así fue. Al 73', Carlos Garcés adelantó a los suyos con un tanto conseguido en un tiro libre, cuando remató justo enfrente de la cara de Urbina a bocajarro para así hacer estallar a los asistentes.

El gol y el ingreso de Carlos Cauich al terreno de juego hizo augurar una nueva diana para el marcador, tal como sucedió. Al 78', éste consiguió poner el 2-0 en la pizarra definiendo por encima del arquiero, luego de recibir un pase precisamente de Garcés desde medio campo.

La recta final le dio la oportunidad de ver acción a Sebastián Maz, más no de siquiera acercarse en el tanteador a Juárez, que terminó por marcharse con una derrota que parece ser el inicio de una debacle tras el resultado negativo de una semana atrás.

Los Potros por su parte, consiguió su primer triunfo de la temporada, cuando precisamente, vivía su peor momento anímico.