Empezó el partido y al parecer a ningún equipo le habían avisado que el encuentro ya se estaba jugando. Los equipos cayeron en ese trámite de parsimonia que ambos se ofrecieron, y desistieron de buscar hacerse daño.

Mucha tenencia de balón, pero sin idea. Faltas y faltas de parte de los dos equipos. Llegadas sin algún tipo de peligro. Esa era la tónica del partido, ni uno, ni otro parecía tomarse en serio el encuentro, nadie se atrevía a darle otra dinámica al juego. Ninguno de los dos países quiso tomar las riendas de un partido que se tornó muy aburrido durante casi más de media hora.

Dos contras fugaces y después nada

México despertó un poco en el partido y tuvo dos buenos ataques mediante pases largos. Al 34' Raúl Jiménez tuvo la suya en el encuentro. Un gran pase largo de Torrado al espacio que el americanista se movió, este controló bien el esférico y cuando encaró al meta peruano, no pudo quebrarlo de buena forma, ya que Carvallo le cerró bien el ángulo de tiro y Jiménez apenas pudo sacar su disparo hacía la parte exterior de la portería.

Al 43' Torrado volvió a poner otro gran pase largo, esta vez a Pablo Barrera. El casaca 7 del Tri se echó un gran sprint por la banda derecha, cuando llegó al área recortó a un defensa peruano, y quedó frente a frente contra el arquero inca, pero cuando sacó el disparo apareció una pierna salvadora de Perú que tapó el tiro de Barrera.

Penal inexistente y justicia divina

En el segundo tiempo todo siguió igual, el partido estaba muy sereno, al parecer a los jugadores no les importaba mucho el desenlace del encuentro y no se apuraban en ir por el resultado.

Pero al 67' llegó la jugada polémica de la noche. Omar Bravo se quejó de un jalón dentro del área, y el árbitro decidió marcar penal, aunque realmente la falta del defensa de Perú nunca existió. Cuando parecía que la suerte estaba echada a favor del conjunto azteca, el portero José Carvallo se encargó de poner justicia en el marcador y le detuvo el penal a Ángel Reyna, quién fue el encargado de cobrar el disparo desde los once pasos para México.

La parte complementaria volvió a caer en la inconsistencia de todo el partido. La Selección Mexicana buscó un poco más el resultado en el cotejo, pero fue más que nada por mero compromiso con la afición mexicana que abarrotó el estadio que por otra cosa.

Raúl Jiménez tuvo la gloria en sus botines al 89'. Quedó solo frente a la figura de la noche, el arquero Carvallo, pero el del América sacó un disparo sumamente ridículo y muy desviado.

Fue así como el silbante Salazar dio el pitazo final a un feo y muy desolador encuentro, en donde el 'Chepo' de la Torre sigue sin poder ganar aún con la Selección Mexicana en lo que va del 2013.