Oficialmente, Rafa fue presentado como entrenador del equipo en la jornada 4, el mismo día que los rojinegros enfrentaron a Xolos a puerta cerrada, sin embargo, en el banquillo estuvo presente Omar Flores quién estuvo como director técnico interino; partido que ganaron 2-1.

El primer partido de Puente del Río con los rojinegros fue en casa frente a Monarcas Morelia. Es muy complicado darle un sello distintivo al fútbol de un equipo al que solo tienes unos días de entrenarlo, eso le pasó al estratega de Atlas, quién trato de darles otra cara cambiando el parado táctico, formando con una línea de 5 por primera vez en el torneo. Las acciones fueron complicadas desde un inicio, Morelia estuvo bien parado y tuvo el manejo del balón la mayor parte del encuentro; con el partido 1-1, Ignacio Jeraldino tuvo en sus pies la ventaja para Atlas en un tiro penal, pero el chileno falló el disparó y se mantuvo la paridad.

Una máxima del fútbol dice que goles que no hagas, en puerta propia caerán, y eso fue lo que le pasó a Atlas que, solo 5 minutos después, recibió un gol por parte de Monarcas y, en los últimos minutos del encuentro, cayó el 1-3 definitivo. La suerte no estuvo del lado de Puente en su primer partido, ¿qué habría pasado si Jeraldino no falla aquel penal? Quizás los rojinegros se hubieran llevado los tres puntos, sin embargo, el hubiera no existe.

El pasado sábado por la tarde, en cancha del Azteca, Atlas visitó a las águilas del América en una de las aduanas más complicadas del torneo. El parado del equipo fue agresivo, Puente nuevamente presentó abajo una línea de cinco y dos puntas en la delantera. Durante los primeros minutos, los rojinegros se plantaron bien en el campo, quitándole la pelota al América y teniendo profundidad, sobre todo, terminando las jugadas en ataque. A los doce minutos tuvieron su recompensa, German Conti remató de cabeza a segundo poste y puso el 0-1, desafortunadamente para ellos, Fernando Hernández, árbitro del encuentro fue al VAR y anuló el gol por una supuesta falta en el área sobre Bruno Valdez.

El cuadro tapatío siguió con el buen funcionamiento y tuvo varias jugadas de gol. Las Águilas no estaban teniendo un partido a modo, pero al minuto 29, en un saque de esquina, Ismael Govea perdió la marca de Federico Viñas, quien marcó el primer gol del encuentro.

La primera anotación de América fue un golpe duro para los rojinegros, quienes no pudieron mantener el ritmo en la segunda parte del juego y, poco a poco, se vieron superados por los locales. Las águilas se adueñaron del medio campo mientras que los rojinegros cada vez tenían menos oportunidades de ataque. El partido finalizó 2-0 con un gol más de Viñas al minuto 79, para propinar su segunda derrota consecutiva al Atlas y la cuarta del certamen. 

Una de las causas por las que Rafa Puente aún no gana con los rojinegros es que no ha podido mantener el mismo fondo futbolístico durante los 90 minutos, sobre todo con América, donde el equipo se desdibujó por completo en la segunda parte. La idea de Puente es clara, en sus dos partidos el parado ha sido completamente ofensivo, le ha dado la oportunidad de ver minutos a varios jugadores formados en casa y, con el paso de las jornadas, encontrará su once ideal.

A pesar de la situación que vive Atlas, sería descabellado hablar de un riesgo en el banquillo, el entrenador apenas tiene dos semanas con el plantel y, sumado a lo complicado que es tomar a un equipo que ya tenía su propia manera de trabajar, hay jugadores que Puente no pidió. La fórmula para equipos con modelos exitosos ha sido la paciencia con los entrenadores.

Se sabe que es complicado sostener un proyecto para una institución que ha pasado tantos años sin obtener un campeonato, sin embargo, las ocasiones en que se han “logrado” mejores resultados han sido con proyectos que se han mantenido más de una temporada con el equipo; por ejemplo, Ricardo La Volpe, o más recientemente, Tomas Boy y José Guadalupe Cruz. Habrá que darle el beneficio de la duda a Puente, un entrenador ofensivo que siempre prioriza el buen toque de la pelota y el juego ofensivo y vistoso, ese que siempre es lo mínimo que la afición le pide a un Atlas que tiene 5 torneos sin meterse a la liguilla.