Al igual que muchos otros que llegaron, Jorge Pereyra Díaz se va del León sin pena ni gloria, y es que no pudo dejar huella en un equipo necesitado de un atacante que pudiera competirle a Mauro Boselli, o al menos que diera la seguridad necesaria para cuando el capitán no estuviera en el campo.

Más crítica que cualquier otra cosa tuvo el argentino, ex Lanús, en su estadía con la Fiera, a la que llegó de última hora para el Clausura 2017 y donde no pudo adaptarse, quizá tampoco entrar en ritmo, muchas cuestiones y hasta limitantes futbolísticas le impidieron hacer algo de trascendencia.

En el presente torneo Pereyra disputó 527 minutos de juego en nueve encuentros, en los cuales seis apareció como titular; casualmente con la confianza de Javier Torrente, quien luego fue cesado. A partir de ahí, su actividad tuvo una notable disminución.

Sin embargo, las lesiones principalmente fueron el enemigo mayor del argentino en este semestre, pues no le permitieron siquiera estar en el banquillo en la recta final del campeonato, aun cuando el plantel esmeralda se notó corto por muchas ocasiones.

Finalmente, queda decir que el destino de Pereyra Díaz será el regreso a la Súper Liga de Malasia con el Johor Darul Takzim FC, de donde provino para firmar un contrato de un año que no se va a extender. Poco se le va a recordar.