Atlas no pudo completar la semana perfecta en su celebración de cien años tras empatar a dos en otra edición más del clásico tapatío. A continuación repasamos lo que nos dejó el duelo contra el acérrimo rival y el panorama que le espera a los del paradero.

1. Sacrificio rojinegro

Como ya era sabido, el sábado por la mañana se pondría a la venta la uniforme oficial del centenario. La venta empezaba a partir de las 7 AM del mismo día, sin embargo, la afición rojinegra no podía especular y prefirió asegurar. Un día antes, a las tres de la tarde ya se visualizaba la fila que terminaría siendo de más de 2000 personas, incluyendo una lista de espera de alrededor de 200 personas más. Varios de estos durmieron haciendo fila para no perder su lugar. Admirable sacrificio, incluso hubo aquellos que fueron al partido de la noche después de haber hecho fila.

2. Pocos pero locos

La tendencia de trabas por parte de equipos locales para llenar su estadio con solo su afición, cada vez es más evidente. Hace mucho que un clásico no se veía tan disparejo en afición como el fin pasado. Solo la cabecera norte era en su mayoría rojinegra, no obstante, la fiel no dejo de cantar en todo el partido y pesar de la minoría, hubo lapsos en que solo eran ellos los que alentaban, bien por la afición rojinegra. Lamentable que se volvió a protagonizar un altercado.

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Foto: La Afición

3. Cantera

Contrario a lo que se venia mostrando en los últimos años, donde la única alternativa de los zorros para reforzar casi siempre provenían del extranjero. Hoy Atlas es uno de los pocos equipos que sigue jugando con menos de cinco jugadores no nacidos en México. Lo que cabe resaltar es que a pesar de la regla de solo jugar con mexicanos en el Club Guadalajara, son más canteranos rojinegros los que participaron en el duelo, que de su contraparte. Los zorros dieron minutos a siete canteranos, mientras que Chivas solo dió minutos a seis. Definitivamente se intenta volver a las bases de lo que muchos conocemos como Atlas, el proceso es lento, pero al parecer los frutos rendirán.

4. Glorioso destino

A mitad de semana, una foto de Óscar Ustari vistiendo la playera de los zorros circulo las redes. Lo particular de esta foto, era la longevidad del uniforme (Clausura 2003). Algo que pareciera increíble y hasta con tintes de fantasía. Lo que si es totalmente real es la confianza que ha conllevado tener a un portero del calibre del argentino. Habría que remontarnos hasta los buenos pasajes de Miguel Pinto o incluso más atrás cuando apenas debutaba Jesús Corona, para encontrar un cancerbero que diera la seguridad que Ustari da. Sin ser un portero de atajadas ostentosas, siempre se muestra muy seguro, juega bien el área, va bien por arriba y cuenta con reflejos espectaculares. Destino o no, como anillo al dedo, Ustari llegó.

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5. Insostenible

En semanas anteriores se defendió la titularidad del ariete colombiano, sin embargo, un mes después, sus actuaciones nos dejan sin argumentos para mantenerlo en el once inicial. Cada vez se ve más desconectado del equipo, no por la falta de ganas, sino por la poca productividad, tanto para comunicarse con sus compañeros y generar futbol, como para anotar. Se le nota desesperado a Jefferson Duque, y con razón, no las ha traído consigo esta temporada, lo mejor será apostar por otra variante que pueda funcionar de acompañante con Martín, quién ha sido el hombre gol del equipo. Edson Rivera, Yahir Barraza y Luis Nery Caballero son las principales alternativas. Esperemos que José Guadalupe se dé cuenta lo necesario que es un cambio adelante.

6. No corregimos

Por tercera semana consecutiva, la defensa se vio endeble, no por lo que hizo el rival, sino por sus propios errores y de nuevo fue Barreiro. Uno de los mejores prospectos del plantel jugó un partido casi perfecto, como todas las semanas, que serían perfectos si no se equivocara en los momentos claves. Una mala desición del central, regaló un oportunidad al delantero rojiblanco que no desaprovecho y marcó para poner adelante a los locales. También, cuando chivas vivía su peor momento, una imprudentísima barrida, en la que no tenía posibilidad de jugar el balón, Luis Reyes regaló un penal y la posibilidad de emparejar el marcador. Si bien se corrigió un poco en la pérdida de balones, seguimos pagando caros los errores.

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Foto: Oro Noticias

7. ¿Falto actitud?

Muchos consideran a chivas superior en plantel y calidad de jugadores, yo soy uno de los que piensa lo contrario. Y creo que el sábado fue una clara muestra. Si, es cierto, Chivas fue muy superior al Atlas en el primer tiempo, pero a mi parecer fue porque los visitantes se lo permitieron. Los locales, además del gol, tuvieron escasas jugadas de peligro las que crearon, y eran los visitantes, quienes con poco esfuerzo generaban más peligro. Se notaba cuando la gente desaprobaba el empate rojinegro, diciendo que Guadalajara mereció más, porque propuso. Fueron esos momentos en los que Atlas no se atrevió a proponer los que terminaron dictaminando el ritmo del encuentro. Hubo muy buenas combinaciones, sobre todo de medio campo hacia el frente, hace falta coordinarlas un poco más; pero sobre todo, la ambición de ganar el partido, nunca la vi.

8. Malas decisiones

Una de las posibles atribuciones que se le puede dar al empate, es el cambio que realizó el profe cruz cuando se encontraba en ventaja. Jefferson Duque fue el sacrificado, pero Javier Salas fue la alternativa. Se posicionó de extremo, una posición en la que nunca había jugado y que no domina. Por supuesto que parecía que jugábamos con diez cuando entró el contención natural, aún así tuvo dos opciones de gol, una mucho más clara que la otra, pero ambas desperdiciadas. Primera tache para el profe, un cambió que pudo haber significado su resultado más importante al frente de Atlas.

9. Chivas

Desde la llegada de Matías Almeyda, Guadalajara demostró que impone su estilo en la cancha que juegue. El clásico tapatío no fue la excepción. Desde los primeros minutos se mostraron con más ganas de controlar el partido y de proponer. Desdoblan de manera muy rápida y todos sus jugadores corren la milla. Sin embargo eso no basta para ganar todos los partidos. Cuando se encontraban debajo en el marcador, no se veía por donde pudieran hacer daño a los zorros. Las figuras individuales no podían combinarse y por si mismos, se vieron superados por la defensa rojinegra. Aún así, el dinamismo que mostraron y el amor propio fueron suficientes para emparejar un encuentro entre dos equipos con mucha proyección,  pero aún más que mejorar.

Foto: JornadaUNAM

10. En frío.

Comenzando por la zona baja de los zorros, la portería sigue siendo una garantía. Confiable bajo los tres palos y en las salidas, Óscar Ustari es una de las figuras del equipo. Leiton y Jaine necesitan volver a conectarse y retomar la solidez defensiva que caracterizó al Atlas en los primero tres partidos.

Madueña mejoró para este partido, ya no se quedaba cuando iba al frente y no se regaló en varios mano a mano que tuvo, sin embargo, ni él, ni Reyes, pesaron a la ofensiva en lo absoluto. Esperemos que sus aportaciones al ataque no se vean delimitadas por la cancha en que jueguen.

Parece que se ha encontrado a la contención titular. Sin ser una maravilla, cada vez se entienden mejor. Márquez como líder en las salidas y Robles como recuperador. Seguimos sin ver al Rafa de las primeras jornadas, pero tanto él, como Robles, mejoran cada fin de semana sus actuaciones después de la catástrofe en Morelia.

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Foto: min90

Probablemente lo mejor de la campaña han sido dos de los jugadores más jóvenes del plantel. Cándido y Barragán se han acoplado a la perfección al sistema del Profe. Siempre mostrándose como opción, apoyando al compañero tanto en defensa como en ataque, Ramírez ha probado ser una buena moneda de cambio, el nombre de ponchito ya no retumba en las cabezas de los zorros. Barragán ha cumplido de manera perfecta su función de poste y cubriendo el balón para empezar el ataque, gana de cabeza seguido y mete goles, que más se le pude pedir.

Otra palomita para el profe es la incorporación de Flavio. En cuanto se pone la rojinegra es uno de los que juega más, entiéndase ganas de competir y buscar el arco rival sin olvidarse de sus compañeros. De nuevo anotándole a su cliente favorito.