En pleno sábado de gloria, el Estadio León recibía a más de 26 mil almas, divididas por el amor a la Fiera y por la visita de Ronaldinho, que ya había movido masas a su llegada al bajío.

El estreno del mural de 170 metros en las alturas de puerta 10 y los puntos antes mencionados, aunado al regreso a la ciudad de uno de los ídolos históricos del equipo, como lo es Víctor Manuel Vucetich eran unos ingredientes más que interesantes, que conformaban un espectacular platillo futbolístico.

El partido iniciaba en medio de un ambiente cálido y con un cuadro de Juan Antonio Pizzi que mostraba buenas cosas desde el primer minuto, que atacaba y que mostraba hambre de gol temprano.

Los esfuerzos del Club León eran mayores a los de su rival, tanto que les alcanzó para irse adelante en el marcador. Fue apenas al minuto 4, cuando Elías Hernández vio la luz del gol y con un excelso cobro de tiro libre, hizo estallar a la afición local.

Ronaldinho no lucía, a contra parte de Hernández, que no se conformaba con la anotación, pues seguía generando peligro, sobre todo por la banda, con sus constantes intervenciones.

Pero, tras un buen lapso de haber mostrado un fútbol alentador para el espectador, los Panzas Verdes se fueron apagando conforme pasaban los minutos, incluso, le daban mayor posesión de balón a 'Dinho', que pese a su lentitud en el campo, mostraba grandes tintes de su inagotable calidad con grandes centros al área, que dejaban mano a mano frente a Yarbrough a sus delanteros.

Una equivocación de Peña en la salida y la displicencia en la marca de González, fueron la vía para que Querétaro se acercara en el tanteador, con una anotación de Emmanuel Villa, quien cruzó su disparo a la salida del arquero, al 28’.

Los emplumados cada vez se sentían más cómodos en el campo, desplegando de gran manera el fútbol con estilo, que le caracteriza a Vucetich, y con eso, las oportunidades se llegaban con más frecuencia.

El tiempo fue el que le dio una nueva oportunidad a Ronaldo de Assis Moreira en una pelota parada al 46’. El cobro fue magistral, de crack, y también sirvió para que Yasser Corona sumara una anotación a su cuenta en este Clausura 2015, tras un remate de cabeza, sin alguna marcación.

El gol del defensor queretano cerró prácticamente las acciones del primer lapso y por consecuente, abrió el telón para la llegada del medio tiempo, provocando de paso, los abucheos en la grada para el conjunto de casa.

Ya en la segunda mitad, al local se le notó más incisivo, aunque sólo fue por algunos minutos. Ese pequeño tiempo fue suficiente para que llegara el tanto de la igualada a dos, mediante un penal bien cobrado por Miguel Sabah al minuto 52’.

Más tardó en la gente en sentarse, luego de la anotación del caribeño, que en ver como llegaba el tanto que le daba una vez más la ventaja a la visita, gracias a un empujón de pelota al fondo por parte de Orbelín Pineda, en una acción en la que para variar, se demostró la lentitud de la defensa.

Un nuevo grito se escuchó, los aplausos retumbaron, pero no fue por alguna anotación, sino por la salida de Ronaldinho, quien acabó molesto y cuando salió del campo, no volteó a ver a Vucetich y además, pateó violentamente una hielera, pero agradeció a la gente la ovación.

El cambio de Ángel Sepúlveda le dio mayor dinamismo y explosividad a su equipo y al trámite del encuentro, sobre todo por las bandas, lo que significó, por ende, una constante de llegadas al arco de Yarbrough.

El partido se comenzó a llenar de cambios en algún momento. Uno de esos movimientos fue el de Marcos Caicedo, quien apenas sumó quince minutos en el campo y terminó por salir abucheado.

Pasó el tiempo y las anotaciones siguieron cayendo. Primero, Gonzalo Ríos le daba a los Esmeraldas el tanto de la nueva igualada al 82’, pero después, la fortuna y los merecimientos le sonrieron a los Gallos, con una seguidilla de dos goles.

El cuarto lo hizo Sepúlveda al 86’ y el quinto, para sumar su doblete en el partido, Emmanuel Villa al 90’.

El cierre de partido estuvo bastante intenso, pues después de las dos anotaciones de Querétaro, Gonzalo Ríos sumó su segundo del encuentro, cuando remató en tiro de esquina, en el último suspiro, al 93’.

A los 94', el árbitro dijo “no hay para más”, mientras todo el estadio se manifestaba a unísono en el grito de "Fuera Pizzi".