El Apertura 2016 esta prácticamente a la vuelta de la esquina, los zorros, con razón de su torneo de centenario y la suma importancia que tiene tanto para su afición como la institución, los ha llevado a ser uno de los equipos con más movimientos en su plantel de cara al nuevo campeonato. No obstante cantidad no asegura calidad, y no será hasta que el suene el silbato cuando se compruebe el verdadero nivel de las contrataciones. Hasta ahora solo queda analizar el papel que pueden llegar a tener dentro del equipo y si son las adecuaciones que necesitaba el equipo.

El Clausura 2016 terminó de manera desastrosa para los rojinegros, dejando muchas dudas en casi todas las posiciones y con posibilidad de volver a meterse a la pelea por el no descenso. Los únicos puestos que parecían seguros de cara al nuevo torneo eran la puerta defendida por Oscar Ustari, la contención con Egidio Arévalo y Jefferson Duque en el eje de ataque. Sin embargo con la partida Giovanni León, Dieter Villalpando, Juan Carlos Medina, Alfonso "Poncho" González y el ya mencionado uruguayo Egidio Arévalo Ríos, los puestos ha reforzar abarcan casi todo el terreno de juego.

La defensa

A diferencia de la delantera, no se vio tan criticada (aunque debió haber sido). El sector más débil del plantel fácilmente. La salida de Walter y Giovanni, sumado al anuncio de que Rafael Márquez ya no se desempeñara  en la zona baja rojinegra la dejan totalmente desprotegida. Gaddi Aguirre, José Madueña, Rodrigo Salinas, ninguno con la regularidad y capacidad suficiente de solidificar un sector que se encontraba urgido de hacer modificaciones.

Foto: Getty Images
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Jaine Barreiro procedente de Independiente de Santa Fe se desempeña como central. En Colombia destacó por su velocidad y buena anticipación de la pelota, características que le viene perfectas al equipo ahora dirigido por José Guadalupe Cruz; los atlistas llevaban casi un año con una defensa caracterizada sobre todo por la lentitud de sus jugadores (Márquez, Baloy, Kanneman). Otro colombiano que llegó a la central de Atlas es el caso de Leitón Jiménez, quién ha militado en tres equipos del balompié mexicano, pero solo en Veracruz pudo mostrar cosas interesantes. Su buen juego aéro, idas al ataque y olfato goleador lo caracterizaron en el puerto. Sin embargo, la prioridad de los zorros no es tener defensas goleadores, sino confiables atrás. La llegada de Leiton no ilusiona a nadie, oportunidad perfecta para el central de demostrar de una vez por todas que tiene nivel suficiente para quedarse en un solo equipo.

Foto: Xuedeportes.com.mx
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Las laterales fueron el puesto mas débil de los zorros en la campaña pasada. Daniel Arreola ha sido el elegido para reforzar la zona. En su estancia con los del paradero paso con mucha mas pena que gloria. Y si es esa la contundente decisión de la directiva para solucionar los problemas por las bandas, han dejado mucho que desear.

El Mediocampo

Rodolfo Salinas, Luis Enrique Robles y Javier Salas serán los encargados de suplir al anterior medio terreno rojinegro. Los primeros dos son jugadores ya ha experimentados que han estado "activos" en el futbol mexicano por varios años, y no ha pasado absolutamente nada con ellos. Elementos muy irregulares. Mientras que el otro es un joven que últimamente ha tenido participación con el seleccionado sub 23. Si lo comparamos con el mediocampo pasado pareciera que no cambia mucho. Los dos elementos que conocen perfectamente el medio ( Salinas-Robles y Arévalo-Medina) y la joven promesa (Poncho y Salas). Empero, los anteriores sin haber hecho ninguna maravilla (a excepción de Egidio) contaban con un cartel ganador, con nombres de peso e identificación con el equipo. Pero como la directiva no se ha cansado de mencionar"Este Atlas será un equipo de hombres no de nombres".

Foto: Laafición.com

La Delantera

La única incorporación real podría ser la del pobre Candido Ramírez. Otra joven promesa que ha pesar de que no ha mostrado mucho, le ha alcanzado para ser un constante en las convocatorias del seleccionador mexicano, Juan Carlos Osorio. Después de fungir como la moneda de cambio en la salida del último consentido rojinegro, se le exigirá el doble que a los demás. La que podría haber sido una incorporación interesante adquiere un valor extra y necesidad de respuesta inmediata, situación que se antoja complicada. A favor o en contra del chico, el papel que se le exigirá será de protagonimso, donde podrá lucir o apagar las expectativas que se tienen de él.

Christian Tabó, Flavio Santos, Luis Nery Caballero y Jahir Barraza vuelven al cuadro rojinegro esperando ser el acompañante perfecto para Jefferson Duque. Jahir Barraza justifica su regreso después de un muy buen año con Necaxa (36 partidos, 15 goles). Contrario al oriundo de Delicias, Chihuahua, no se entiende el regreso de los demás jugadores. A pesar de ser querido por la afición, las mejores épocas de Flavio Santos ya pasaron, y en Puebla se comprobó. El paraguayo Caballero nunca se afianzó en la delantera y quedo claro que no es muy amigo del gol, además de ser reventado por la afición en varias ocasiones. Pero es el fichaje de Christian Tabó el que menos se entiende. El uruguayo llegó a petición de Gustavo Matosas y fue tan poco lo que mostró en su presentación que ya ni siquiera era llamado a la banca para la segunda mitad del torneo.

Foto: Polideportivo.mx

 Conclusiones

La nueva directiva se ha encargado de presentar el peor panorama posible para uno de los torneos más importantes en los corazones de los simpatizantes rojinegros. A excepción de Barreiro, que también es una incógnita al no conocer el medio, las contrataciones dejaron mucho que desear.

Pareciera que los dirigentes de los zorros aún no entienden lo que representa la palabra Centenario. Más alla de que se haga una buena participación, el torneo que se aproxima debería representar lo que es el Atlas, el sentimiento y la unión con el equipo. Ahora, con el plantel que se ha armado, la mayoría son unos desconocidos con la afición, e incluso hay uno que otro no querido. Han vendido a dos de los tres jugadores que creaban y fortalecían la unión equipo con la afición. Solo queda esperar que el discurso que ha rebotado tanto en las cabezas  de todos termine por fructificar. Porque la gente no quiere un equipo de nombres, ni quiere un equipo de hombres, quiere ver a sus gladiadores luchar por su honor y hacer retumbar el coliseo que alguna vez los hizo recordar porque tienen esos colores tatuados en la piel.