El Puebla tiene una de las características menos favorables dentro del fútbol mexicano: Cambiar plantilla cada seis meses y razones hay de sobra. Las que destacan son la falta de presupuesto para comprar las cartas de los jugadores y de ahí necesitar préstamos durante un torneo corto o el hecho de rotar técnico en ese lapso. Con este tipo de circunstancias, existen fenómenos negativos que pueden afectar a ciertos jugadores, principalmente los jóvenes a tener poca o en el peor de los casos, nula actividad, el caso del atacante argentino Juan Ignacio Mare es el ejemplo fidedigno de todo lo anterior.

El jugador nacido en Argentina llegó al fútbol mexicano en el 2015 cuando Monarcas Morelia pidió su préstamo al club Estudiantes de la Plata, con el fin de aprovechar su talento en tierra azteca. Sus participaciones en las categorías inferiores generaron interés al Atlas, equipo con el que estuvo la temporada 15/16 y llamaba la atención su capacidad de ataque con buen juego aéreo y velocidad. Todo esto hizo ruido en el técnico camotero Ricardo Valiño quien pidió que reforzara a la franja durante el Clausura 2017.

Arrancando el torneo apareció en la banca pero una vez que se concretaron malos resultados y crecía la presión por el no descenso la destitución de Valiño provocó que se perdiera la oportunidad de debutar en la liga MX. La llegada de José Saturnino Cardozo al Puebla simplemente borró cualquier posibilidad teniendo a Canelo, Esparza y Navarro.

Llegó en Diciembre del 2016 y se fue en Mayo del 2017 con la frase debut y despedida, nunca se ensució los tachones y tampoco pudo cambiar una camiseta. Esta es una de tantas historias dónde la falta de oportunidades afecta la carrera de un juvenil. Actualmente milita en el Real Monarchs de la USL o la segunda división de Estados Unidos.