De no ser por el signo en el campo que dice el nombre de la sede, Kazán, el ambiente de la marea roja hace pensar que es la Copa América 2015. El favoritismo de Chile se muestra desde el momento en que se entonan los himnos nacionales; la Roja de Pizzi demuestra superioridad.

Bajo ese tenor, el partido arranca completamente volcado para los sudamericanos. La banda izquierda, esa que comanda Beasejour, luce tan grande como la avenida principal de Kazán; Arturo Vidal aguanta la marca de Ginter y espera que el carro con placas ‘AS7’ le muestre a dónde tocarla. El niño maravilla y nuevo goleador histórico se encarga de hacer explotar el inmueble, que ya es chileno, ubicado en Rusia.

Con la anotación, Chile se relaja, normal, permitiendo que Alemania tome un poco de protagonismo. El mediocampista del Liverpool, Emre Can, por fin toca la pelota. Tratar de distribuir, aunque la intensidad sudamericana lo detiene. 

La dinámica de Pizzi, toques rápidos y presión alta, es más que Alemania. Tanto que Eduardo Vargas muestra cómo con la Roja, a diferencia de su desempeño en clubes, cualquier espacio a favor puede ser un peligro. La madera del travesaño le dice que no al 19’ a la vez que el portero del Barcelona, Marc-Andre Ter Steven, mira hacia arriba con agradecimiento.

El partido prosigue de la misma manera. Alemania quiere, pero no puede pasar de media cancha con banderas desplegadas porque la presión andina lo agobia. Alexis Sánchez le muestra el espacio a Aranguíz, el 2-0 no cae por centímetros. 

Cuando el primer tiempo agoniza, Emre Can filtra un balón espectacular a la banda izquierda, donde Hector llega con ventaja y sirve a la llegada a bocajarro de Lars Stindl. Can sonríe; cuestionado por el favoritismo de Chile en la conferencia de prensa de ayer dijo que la pelota lo diría. Por ahora, su pase ha cambiado los momios en las casas de apuestas.

Se secan las ideas

El cronómetro vuelve a correr. Alemania recula a un 5-4-1 mientras que Chile mantiene su propuesta ofensiva. El partido se está cerrando para ambos equipos y Beausejour, a petición de Pizzi, es el lateral asimétrico que debe romper el bloque teutón. Lo intenta el ex América, pero sin éxito. Quien sí logra, al menos meter un centro, es Aránguiz, aunque es invalidado por fuera de juego. 

Jugada de peligro es jugada que Alemania corta con una falta; unas sin cartón y otras de amarilla. La alineación de Chile se convierte en 4-2-4; la presión que quiere Pizzi forza a eso. Un verdadero duelo de pizarras.

Faltando menos de veinte minutos, la férrea pierna teutona cobra su primera víctima: Gary Medel. El jugador que representa el pundonor chileno no puede más e ingresa Paulo Díaz como marcador por derecha. El partido comienza a cambiar de dueño.

Sin muchas emociones hasta el momento, el cabezazo de Matthias Ginter en tiro de esquina trata de reavivar a la afición. Chile no encuentra espacios ante la propuesta alemana de repliegue. Faltan cinco minutos; Chile atolondra con pases rápidos y logra que Isla se meta a línea final, pero las piernas ya no le alcanzan.

La pelota pasa de dueño sin un mensaje firme; esperar a que al reloj se le acabe la arena. Se esboza una sonrisa en el rostro de Emre Can; pareciera que pregunta: ¿dónde quedó el favorito?

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Sobre el autor
Alan Núñez
Mexicano de nacimiento, poblano de corazón. Director General de VAVEL México. | The Big Apple. Editor-in-Chief of VAVEL USA.